Opinión PR | Cuatro años después, un solo deseo: Ganar

Por Gerardo Taker.

@GerardoTaker

Después de que hace 5 años aquel equipo dirigido por Omar Arellano nos regresara tras un año de ausencia al máximo circuito, y de que errores imperdonables de la directiva de ese entonces nos trajeran de vuelta a la Liga de Ascenso -hoy Ascenso MX- de manera inmediata, Necaxa ha vivido ya cuatro años en la sombra, lejos de los reflectores, y lejos del lugar que por historia le pertenece.

Han sido cuatro años difíciles en el Ascenso MX. Si, cuatro años en los que hemos destacado más que ningún otro cuadro y en los que estadísticamente hablando hemos sido los mejores en un circuito al que nos resistimos a permanecer por más tiempo y que no es digno de la historia que este club posee.

También han sido cuatro años de decepciones, en las que pese al dominio y los buenos momentos no se ha sabido dar el golpe definitivo, ese paso que nos lleve de regreso a Primera División, hoy conocida como la Liga MX, misma que con ese nombre aún no conocemos.

Siempre quedándose en la orilla, sin haber faltado a una liguilla, teniendo seis instancias de semifinales al hilo, habiendo jugado tres finales, levantado un trofeo de campeón y terminando con lágrimas cada semestre, Necaxa se ha quedado cerca del ansiado regreso, mismo que hoy luce más cercano que nunca.

Infinidad de jugadores pasaron por el club, algunos se han mantenido a lo largo de esta pesadilla y se han obsesionado con el regreso quizá igual o más que los propios aficionados. El banquillo ha sido testigo de un desfile de técnicos y con ello de innumerables decepciones, mismas que podrían terminar este 23 de mayo.

El actual Necaxa parece tener la mesa puesta y estar a un paso de conseguir lo que hizo aquel inolvidable cuadro de Omar Arellano, y que otros con más nombres no pudieron hacer. El ascenso ilusiona y la mesa parece estar servida para nuestro equipo que tendrá enfrente a un rival que es de mucho cuidado. Falta un paso, y 90 minutos pueden separarnos de estar una vez más de regreso.

Hoy hay que agarrarnos de lo que sea, de la ilusión, de la esperanza, de la fe. De la estadística que dice que 12 de las 16 finales de ascenso disputadas hasta ahora han sonreído con el ganador del Apertura; del deseo, del querer por fin romper el maleficio del Estadio Victoria en las finales de vuelta.

Hay que agarrarnos de la localía, del buen resultado conseguido en la ida, del golpe que pudo ser para el rival el no ganar en su casa; de las buenas vibras, de lo especial que será el mosaico, del 'Súper Rayo' y su ritual si es preciso aunque no creamos en supersticiones o cuestiones mágicas.

De la historia, de las noches de gloria del necaxismo. Del espíritu de los 'Once Hermanos', del 'Necaxa de los diez minutos', y del 'Equipo de la Década'. Del 'Aprender a no morir', del 'Aguerrido Necaxa' de mediados de los ochenta, de las frases de Pedro Dellacha o Juan Villoro; de la histórica camiseta que todos portamos con orgullo y de el hermoso escudo que poseemos y que portamos cerca del corazón.

Hay que agarrarnos, aferrarnos de lo que sea. Y hay que apoyar desde donde estemos, con todo durante cada segundo de esta Final. Sin importar cómo, la única palabra que debe existir entre el necaxismo para el que sin duda es el partido más importante del equipo en años, es: Ganar.

Falta un paso, mismo que no será sencillo pero estamos más cerca que nunca y no se puede desperdiciar la oportunidad. Venga Necaxa, que estamos cerca, ésta es la buena.

#JuntosVolvemos