LA FAMIGLIA DIL CALCIO...

Por Christian Martinolli
Milenio.com

Cuando veo cómo se maneja la hermandad futbolística de Chapultepec 18, me viene a la cabeza cualquier tarde de domingo en Palermo, Italia. Esas reuniones sicilianas, con toda la parentela viendo hacia el mar Tirreno al compás de la mandolina; devorando los kilos de pasta hechos por la Nonna (que Dios la bendiga), chupándose hasta la última gota de un tinto Nero d’Avola y resolviendo sus múltiples negocios (por supuesto todos legales). Hasta que se oye esa voz gruesa y pausada que corta el viento; es el característico tono del patriarca. En pocas palabras el que parte el queso sin que alguien se atreva a debatirle. Esa misma escena se repite en pleno centro de la gran Tenoch. Ahí cuando las cosas se ponen feas llega el hombre fuerte con sus achichincles para darle cauce a sus tres chamacos

Está claro que la FIFA prohibe que una persona o empresa sea dueña de más de un equipo, pero acá en México eso se arregla con prestanombres o patronatos ficticios. Ya conocemos la historia de los brothers del balón. No se les puede comprobar nada; pero las suspicacias brotan.

Ejemplos: en 2002 América terminó con 13 años sin títulos al darle la vuelta a un 2-0 del Necaxa. En 2006 el San Luis estaba en coma, pero la familia le donó seis puntos vitales para evitar el descenso. El torneo pasado el líder San Luis empató con el colero Necaxa y el águila fue a Aguascalientes y ¿quién cree que ganó? Obvio, los Rayos.

En 2009, la mano la lleva el primogénito al que reforzaron con todo. Pero la misión principal se llama “Salvemos al Necaxa”, y como grandes carnales entregaron ocho futbolistas y un técnico. Claro, el San Luis fue desmantelado. Sólo faltó que Ochoa y Cabañas reforzaran a los rojiblancos.

Indios y Puebla, siento decirles que si la noche se le viene al equipo de Arias, no les extrañe que en las jornadas 15 y 17 en el Lastras y el Azteca, Necaxa sume puntos fundamentales. Ven, por eso me acordé de Palermo, porque las cosas se manejan igual y si no chequen el viejo dicho de Sicilia que reza así: “al final, lo primero es la famiglia”.